miércoles, 22 de enero de 2014

CARTA ABIERTA, Y TRISTE, A D. FERNANDO SEBASTIÁN, Obispo: De Dario Mollá Llácer SJ :

De Dario Mollá Llácer SJ : CARTA ABIERTA, Y TRISTE, A D. FERNANDO SEBASTIÁN, Obispo:

Hay ocasiones en que las palabras queman en el interior y es necesario que salgan. Esta es para mi una de ellas. A propósito de sus palabras sobre "personas" que abortan y sobre "personas" homosexuales. Palabras las mías de cristiano a cristiano; con distinta dignidad en la Iglesia, pero la misma dignidad ante Dios.

Soy de los que me alegré cuando supe la noticia de su nombramiento como cardenal. Hoy soy de los que piensan que el Papa Francisco se ha equivocado con ese nombramiento. Hablaba Vd. de gratitud hacia el Papa; es incomprensible e incompatible que en gratitud haya hecho Vd. unas declaraciones que van en muy otra línea pastoral de la que el Papa, con esfuerzo personal, resistencia de muchos y para esperanza de otros muchos más intenta abrir en la Iglesia.

Con una dureza enorme, y en una generalización que me sorprende en una persona de su altura intelectual, hablaba Vd. de mujeres que abortan para vivir mejor ellas. Imagino que conocerá Vd. a algunas de ellas. En cualquier caso, me parece que ofende Vd. a muchísimas personas para las que, por el contrario, haber abortado ha sido un drama, una tragedia y un trauma insuperable, hasta límites que, ni Vd. ni yo, porque somos varones, podemos comprender. No está aquí en discusión la doctrina eclesial sobre el aborto que seguramente compartimos. Es otra cosa...

También ha hablado no sobre conductas homosexuales, sino sobre "personas" homosexuales, en unos términos en los que ni Vd. ni yo somos competentes y que son objeto de estudio y controversia científica desde hace muchos años. Pero, de nuevo, lo ha hecho con una generalización ofensiva para muchas personas homosexuales. No conozco personalmente a "reinas" y "locas de la casa"...; sí que conozco sin embargo, por trato humano y pastoral, a personas que llevan su homosexualidad con una enorme dignidad y, en ocasiones, con gran sufrimiento. Muchas de ellas cristianas y comprometidas en la Iglesia. Sus palabras, no lo dude, han aumentado su dolor.

Y también el mío, el de quienes deseamos en el fondo del corazón, y tras muchos años de servicio a la Iglesia, una Iglesia más cercana al dolor de las personas y más misericordiosa.

Darío Mollá sj

miércoles, 8 de enero de 2014

"¿Puede alguien hacer callar a ese papa?" #Exhortación #Francisco

Resumen de la Exhortación 
"La Alegría del Evangelio".

El título del post es una traducción libre de un post en 
The American Conservative" (Would Someone Just Shut That Pope Up?)

Me ha parecido un título sugerente porque en el citado artículo, el autor comenta las reacciones negativas que la encíclica está suscitando en sectores cercanos a la economía neo liberal y conservadores en lo moral de la sociedad americana. 

Y es que la encíclica no es para menos.
El papa habla alto y claro sobre la iglesia que sueña: Una iglesia pobre y para los pobres, pueblo de Dios, que trabaje por la transformación de las estructuras que generan desigualdades, cercana a las personas, dialogante, dispuesta a "primerear", a arriesgar y que esté "en salida". 
Pide una Iglesia que facilite la gracia, que no condene, que no dogmatice sino que anuncie la salvación mediada por el amor... 
Habla del Grito de Dios que nos pregunta a todos "¿Dónde está tu hermano esclavo?"Critica las desigualdades sociales como una forma de violencia, que es producto de una economía que concibe a los seres humanos como consumidores, que excluye y genera desechos humanos y que "mata". Aboga por el derecho a las reivindicaciones sociales, pide más participación de los laicos, en especial de los jóvenes y de la mujer. 

Y todo esto insistiendo en la alegría del evangelio "somos depositarios de un bien que humaniza" .

Aquí os dejo lo que son en mi opinión las ideas principales.   

En el Pignatelli estamos preparando un encuentro-coloquio sobre la exhortación para el miércoles 22 de Enero a las 19:30 h. 


Resumen de las  ideas principales de La Exhortación   

Introducción a este resumen:

La exhortación es en esencia, una invitación a la Iglesia a embarcarse en una nueva etapa evangelizadora. Hay una serie de ideas que son transversales al documento y que aparecen, con diversas formulaciones, repetidas veces:

1.    El encuentro con Jesús genera un gozo y alegría que da plenitud y que es misionera, pide ser llevada a otros.
2.    De este encuentro nace la vocación misionera de todo cristiano y la iglesia como pueblo de Dios. Por eso un plan de evangelización ha de contemplar a toda la iglesia como sujeto evangelizador.
3.    Es Dios quien dará fecundidad de la tarea de evangelizar, porque es Dios quien la suscita y quien la hará fructificar.
4.    Hay un anuncio esencial y “primero”: Jesucristo te ama y te salva. Toda obligación “moral o religiosa” es secundaria respecto a este anuncio central.
5.    Se deben cuidar los tiempos del anuncio, respetando los procesos personales y acompañando a la persona en su camino de búsqueda-encuentro.
6.    La mística de la projimidad: El anuncio del evangelio pide ser hecho en proximidad, con rostro, desde la cercanía al otro.
7.    Evangelizar es hacer presente el Reino de Dios: Nos salvamos en comunidad, porque la redención obrada por Cristo incluye las relaciones sociales y porque el Misterio de la Trinidad es un misterio de comunidad.
8.    Es Dios mismo quien grita a cada cristiano en los pobres y nos pregunta ¿dónde está tu hermano?

En ocasiones he agrupado párrafos de distintos epígrafes o he creado epígrafes nuevos. Por claridad he mantenido los números de los párrafos.

Preámbulo: 

Recoge sintéticamente el núcleo de la exhortación. Dejarse encontrar por Jesús, que fue anunciado como portador de gozo y alegría en AT. Es un encuentro facilitado y deseado por Dios del que brota una alegría misionera. La novedad brota del propio evangelio: el amor de Dios manifestado en Cristo muerto y resucitado, de ahí surgirán modos y caminos nuevos para anunciarlo. La fecundidad de la tarea consiste en que es Dios quien anuncia y convoca, suya es la iniciativa.

 Capítulo primero: Transformación de la Iglesia misionera:

 Una Iglesia "en Salida"

La iglesia es concebida como pueblo de Dios. Así se concibe a todo el pueblo a cargo de la misión de evangelizar. La evangelización nace del mandato del resucitado que envía y de la alegría que produce acoger este anuncio que coloca a la Iglesia en posición de "salida", la configura como misionera, la invita a “primerear”. A imitación del Señor que amó a su iglesia primero, esta ha de saber tomar la iniciativa y salir a buscar, arriesgar, amar primero (24-32). Consiste en tener la disposición de acompañar, con aguante apostólico, sin maltratar límites y sin caer en la queja alarmista por ver la cizaña en medio del trigo. El papa invita a anunciar el evangelio "allí donde hace más falta la luz y la vida del Resucitado" (32).

La nueva evangelización exige la renovación para volver a conectar con el misterio que le es propio. Esto requiere capacidad de arriesgar y es mejor una iglesia accidentada, manchada o herida que una iglesia "enferma por el encierro y la comodidad" (49). El obispo ha de velar por la esperanza del pueblo, en medio alentando, atrás cuidando a los rezagados o dejándose guiar por el pueblo que tiene "olfato para encontrar nuevos caminos".

Desde el Evangelio (34-39) -  con corazón de madre  (40-49):

La Iglesia encuentra en el padre del Hijo Pródigo un modelo de misión y evangelización que le llama a ser abierta y facilitadora de la gracia, no su controladora (47).Se debe  discernir la jerarquía de verdades de la doctrina de la Iglesia y transmitir el mensaje central del evangelio: "el amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo" (36), no se debe ceder el centro ni a la ley moral ni a la ascesis y evitar poner las formas litúrgicas por encima de las necesidades del pueblo y del Evangelio (94-5).

Capítulo segundo: En la crisis del compromiso comunitario:

 Algunos desafíos del mundo actual (52-75)

Mirada sobre los signos del Reino y sobre tentaciones que atentan contra él en la sociedad y sobre los dinamismos que pueden entorpecer el espíritu misionero de la Iglesia. El análisis de la sociedad contemporánea refleja un escenario de desigualdad, donde una mayoría que lucha para vivir con un mínimo de dignidad en los países en desarrollo. Se rechaza la lógica del mercado que no pone a la persona en el centro como “economía que mata". Esta crisis económica esconde una crisis antropológica, el dinero como nuevo becerro de oro reduce al ser humano a consumidor. Se propugna recuperar la ética en el ordenamiento de la política económica para que incorpore la dignidad de la persona y el bien común como criterios y que mejore la distribución y equidad de los ingresos.

Desafíos culturales (61-7):

En algunos países hay falta de libertad religiosa, pero mayoritariamente se trata de una difusa indiferencia relacionada con la crisis de las ideologías y el desencanto o con la cultura de la imagen y el bienestar inmediato. Paradójicamente, este secularismo racional ha generado un vacío que empieza a ser llenado por nuevas formas de religión (a menudo sin dios). Este vacío refleja una sed que constituye una oportunidad y una llamada a la renovación eclesial.

Desafíos de la inculturación de la fe y culturas urbanas (68-118)

La Iglesia reconoce las semillas del Verbo en las culturas con tradición cristiana. Hay que nuevas formas y nuevos espacios que posibiliten el diálogo sobre los valores fundamentales. La diversidad cultural no es una amenaza para la Iglesia "No haría justicia a la lógica de la encarnación pensar en un cristianismo monocultural y monocorde" (117-8).

Piedad popular  (epígrafe propio).

La piedad cristiana no es asimilable a formas puramente exteriores de devociones particulares exentas de la promoción social y la formación de los fieles (75). La piedad popular es la “expresión de la acción misionera espontánea del pueblo de Dios", una adaptación que enriquece la fe con formas de expresión nuevas (122), que refleja la sed de Dios del pueblo sencillo (123) y da testimonio de la vida teologal del pueblo (126).

II Tentaciones de los agentes pastorales (76-109)
En esta sección elaboro mis propios epígrafes porque me ha parecido más clarificador.

Triada perniciosa: Individualismo, crisis de identidad, y caída de fervor:

Triada perniciosa para el agente de pastoral: Individualismo, crisis de identidad, y caída de fervor, que degeneran en: un relativismo práctico, una vivencia gris del seguimiento y en una psicología de tumba. Todo ello reduce a los agentes de pastoral a profetas calamitosos y pesimistas quejosos (80-4). Para evitarlo; cultivar la espiritualidad en la acción pastoral, de modo que el evangelizador llegue a ser una persona de fe que cuide de las esperanzas de los demás (86).

Fraternidad mística - Acompañamiento personal – Anuncio kerigmático.

Consiste en cultivar las distancias cortas, a ejercer la ternura, a correr el riesgo "del encuentro con el rostro del otro", con su dolor (88). Su ausencia lleva a un elitismo que se fortifica tras seguridades doctrinales, alejándose del Evangelio y de las necesidades reales de la gente (94-7). El papa propugna una evangelización que incluye el crecimiento de la persona, incluye la pregunta por el proyecto de Dios para cada una (164-5). El papa invita a la búsqueda de la belleza inherente a todas las personas porque creer en Cristo no es sólo "algo verdadero y justo, sino también bello" (167-8). De aquí nace el verdadero acompañamiento espiritual, que está centrado en Dios (170), tiene como marco el servicio de la misión evangelizadora (173) y supone cercanía. Esta "projimidad" respetuosa, sanadora, cercana, permite encontrar los caminos de un genuino crecimiento. La evangelización no se puede desvincular de la "vida concreta, personal y social del hombre" (181).

Capítulo Tercero: El anuncio del Evangelio

Todo el pueblo de Dios anuncia el evangelio.

Se invita favorecer la formación y participación del laicado y promover la evangelización de de profesionales e intelectuales cristianos para que sus opciones cristianas penetren la sociedad. Se reconoce el importante papel de la mujer y se invita a que tenga más responsabilidad (104). Así mismo se urge a dar protagonismo a los jóvenes (108). La iglesia pueblo de Dios es convocada por El, por pura gracia. La misión es de todo cristiano y para evangelizar a todo el mundo. Nuestra imperfección no es una excusa (120-1). 

El papa dedica un espacio amplio a la homilía 135-159: Pide que sea un dialogo desde el corazón de Dios con su pueblo.  

Capítulo cuarto: La dimensión Social de la Evangelización.

I Repercusiones sociales y comunitarias del Kerigma:

Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios por lo que en el anuncio hay una ineludible dimensión comunitaria, y social. Nos salvamos en comunidad porque la redención obrada por Cristo incluye las relaciones sociales (178). Amar a Dios que reina en el mundo implica vivir nuestras relaciones sociales en justicia y paz.

II Inclusión Social de los Pobres

Clamor-Fidelidad Evangélica-Economía-Fragilidad

Dios grita preguntándonos "a todos", "¿Dónde está tu hermano esclavo?" (209-13), la falta de solidaridad con los pobres mina nuestra relación con Dios (187). La iglesia debe velar por el acceso a bienes elementales y a un salario justo que permita acceder a condiciones de vida dignas y prósperas (191-2). Su misión incluye colaborar en la transformación de las causas estructurales y las actitudes de fondo que las generan (188-202). Francisco pide "una iglesia pobre para los pobres" que se preocupe por su atención espiritual y sacramental, que los acompañe, que busque los modos de descubrir a Cristo en ellos, que les preste su voz pero que además sea su amiga, cercana y preocupada por la integridad de sus personas (199).

III El bien común y la paz social.

El tiempo superior al espacio-La unidad a la pare -La realidad a la idea -El todo a la parte.

El papa  pide  la renovación de la vocación política como búsqueda del bien común (205-215). Sostiene que la verdadera paz es la que  favorece el desarrollo integral de todos y pide que no se repriman las reivindicaciones sociales que la exigen (218). Ofrece cuatro principios para guiar la construcción de un pueblo en "paz, justicia y fraternidad";
  1. El tiempo como la capacidad de trabajar con un horizonte largo sabiendo cuidar y respetar los procesos y de favorecer dinámicas que construyen pueblo sobre las que buscan obtener rédito inmediato (223-5).
  2. Hacer prevalecer la unidad sobre el conflicto (228-30).
  3. Partir de la realidad para iluminarla con la razón y no reducir "la política o la fe a la retórica" (231-3).
  4. Compaginar lo universal con lo local, y evitar los dos extremos; vivir en un universalismo abstracto o encerrados en un localismo que impida acoger la novedad (234-7).


IV Diálogo Social como contribución a la paz:

Para servir al "pleno desarrollo del ser humano" y para "procurar el bien común", la iglesia ha de dialogar con las instituciones del estado, con creyentes de otras tradiciones, con la cultura y con la ciencia (238). La fe puede enriquecerse e iluminar otros saberes, el papel de la evangelización es asegurar que los avances científicos respeten la centralidad y el valor supremo de las personas (242-3). Pide trabajar por una cultura "que privilegie el dialogo y considera que el principal agente de este proceso ha de ser "la gente", apoyada por un estado que ejerza el principio de subsidiariedad y vele por el bien común (239-241).

El dialogo ecuménico  e interreligioso:

Es una condición necesaria para la paz. Debe ser un dialogo sobre la vida, desde la firmeza en las propias convicciones pero con apertura para comprender la postura del otro.
El dialogo ecuménico es una exigencia posible si se apela a las convicciones esenciales que unen a los cristianos más que a las diferencias (245-6). Las relaciones con el Judaísmo deberían ser de afecto que busca el enriquecimiento mutuo. Respecto al Islam, se resaltan los puntos en común con el cristianismo, se hace un llamamiento a la libertad religiosa en países musulmanes y se afirma que la violencia es contraria a una adecuada interpretación del Islam (252-3).
En general, respecto a los no cristianos, se invita a aprovechar la riqueza de  sus “signos, ritos, expresiones sagradas” que pueden ser cauces que “el mismo Espíritu suscite” (254). Creyentes y no creyentes encuentran causas comunes en la defensa de la dignidad humana, la construcción de una convivencia pacífica, y la custodia de lo creado (254-6).

Capítulo Quinto: Evangelizadores con Espíritu.

I Motivaciones para un renovado impulso misionero

Encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva. Es el E.S. quien constituye a los Apóstoles en evangelizadores, haciéndoles salir de sí mismos e infundiéndoles su fuerza (259-262). El papa pide vivir la síntesis de oración-acción (262-6) y cuidar la experiencia de Dios, de renovarla. Recuerda que el anuncio misionero se basa en la experiencia de que toda persona y cultura tiene una búsqueda honda a la que el Evangelio puede responder con plenitud (265-6). Resalta que la razón última para evangelizar es imitar a Jesús (267).

El Gusto Espiritual de Ser Pueblo-La acción misteriosa del resucitado.

El modo de evangelizar propio del seguidor de Jesús es "ser misión" y "ser  pueblo" frente a la constante tentación de encerrarse en uno mismo (268-274,277,279). Jesús envía entre la gente a "ser pueblo". Esta entrega no estará exenta de dificultades como no lo estuvo para Jesús, cuya entrega culmina en la cruz. El mismo Jesús nos invita a salir de los espacios de comodidad para entrar en contacto con "la carne sufriente de los demás” para dar razón de su esperanza, pero con sencillez (270-1).  Esta "mística de acercarnos a los demás" que nos capacita “para descubrir algo nuevo de Dios" (272) y nos muestra el camino del ser pueblo y ser misión. Es el camino de la gratuidad y la confianza que permite atisbar al Resucitado en medio de aparentes fracasos y seguir entregándose desde la certeza de que una vida entregada "dará frutos" (279). Por el contrario, si uno "separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra" y entonces se vuelve gris y "deja de ser pueblo" (273), llegan entonces las frustraciones y cansancios porque el corazón "se busca a sí mismo" y vive sediento de reconocimientos y aplausos (277).  

II María la madre de la evangelización

 La exhortación termina con María como "Madre de la Iglesia evangelizadora" que hizo posible la explosión misionera de Pentecostés (284). Se dice de María que ha recibido de Jesús la "especial misión salvífica" de ser madre de todos y así "derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios" (285-6). En María encuentra la Iglesia un modelo evangelizador que ejemplifica "lo revolucionario de la ternura y el cariño" y que nos enseña con su prontitud, una dinámica de "justicia y ternura", de "contemplar y caminar hacia los demás" que es modelo de evangelización para la iglesia.



"somos depositarios

 de un bien que humaniza" 


lunes, 6 de enero de 2014

¡Felices reyes!  ¡Dios te regala una estrella!

Hoy es el día de la Epifanía.
Celebramos que Dios sale a la calle.
Al encuentro de todos esten como esten.
Lo ha hecho a su manera, haciéndose niño, para que nadie se sienta amenazado, y pobre, para que nadie lo sienta distante o por encima.

Lo de Dios es un Conspiración de alto voltaje: Hoy Dios sale de manifa, de mani, a liarla, a lo grande, con una estrella, con magos de Oriente, cofres, anuncios de ángeles... Y con un cartel enorme que pone:

"Si quieres, si me dejas,
 puedo quererte, 
curarte...
 salvarte de todo lo que te impide ser tú". 

Es un día, de destapar regalos.
De regalar y de dejarse regalar.
Y sabes...

¡Dios te regala una estrella! 
¡De verdad!

De hecho ya lo hizo hace años... cuando naciste,
porque estamos hechos de estrellas y hemos sido soñados para ser estrellas,
para dar luz en la noche, para guiar a los que están en tinieblas y sombra de muerte, para anunciar el camino de la paz.

Es un día para caer en la cuenta de la cosas que Dios nos ha regalado y nos sigue regalando cada día, y para agradecer.
Es un día para soñar, y para escuchar lo que Dios sueña para nosotros.
Es un día de ser y sentirse estrellas:
 ¿Qué sueña Dios para ti?
¿Dónde te lleva Dios a ser luz?
¿Dónde es tu luz más necesaria?
¿Qué señales ha puesto Dios en tu vida?
Es un día de sabernos profundamente estrellas, de recordar Quien es el origen de nuestra luz, de saborear internamente que reflejamos la luz del Sol, y que esa luz se nos da para iluminar a otros.


Es un día de sabernos magos de oriente, de sentir que nuestros dones y regalos no nos pertenecen, que se nos dan para ponerlos en juego, para ejercer la "mística de la projimidad", la "fraternidad mística" para ir hacia la gente, para salir al encuentro "del rostro del otro" y llevar ternura y comprensión y compasión a su dolor sabedores de que en el hermano
"está la permanente prolongación de la Encarnación".
Es un día de sentirnos niños mimados y queridos por Dios y de creer que es de Dios esa voz que nos que nos invita a volver a casa por otros camino.
A no volver a Herodes y sus historias de muerte, Es un día para anunciar que ¡somos estrellas!
y de caer en la cuenta del don de la fe con que Dios nos obsequia:

"Somos depositarios de un bien que humaniza, 
que ayuda a llevar una vida nueva"   #Francisco.